Por astrofotografía avanzada
entendemos aquella que requiere el empleo de sofisticados instrumentos
de observación, un motor de seguimiento, un preciso guiado, diversos
materiales como adaptadores para poder acoplar la cámara fotográfica al
portaocular del telescopio, etc...
Cualquier tipo de telescopio que reúna unas mínimas características puede usarse para la fotografía astronómico. Los telescopios más usados por los astrónomos aficionados son los refractores y los reflectores. Si nuestro telescopio es un refractor, una abertura de 60-70 mm de abertura será suficiente para la astrofotografía, mientras que si es un reflector, nos bastará una abertura de 125 mm. Pero cuanto mayores sean las aberturas mayor número de objetos podemos abordar.
Se admite que los refractores son los más idóneos para las fotografías lunares y planetarias y que los reflectores son más adecuados para la fotografía de cielo profundo.
Material imprescindible
Para hacer fotografías con telescopio necesitaremos casi los mismos materiales que en astrofotografía básica, estos son:
Aquí también se puede utilizar la raqueta o un simple cartón pintado de negro mate, para evitar la más mínima vibración de la cámara cuando se dispara el obturador al hacer la fotografía, que nos servirá para tapar la abertura del telescopio sin tocarlo, justo antes de accionar el disparador de cable, retirando el cartón seguidamente. Damos el tiempo de exposición que creamos conveniente y para acabar volveremos a tapar con el cartón la abertura del instrumento, y soltamos el disparador.
Acoplar la cámara al telescopio
Foco primario
Un telescopio, al igual que una cámara fotográfica, básicamente es un sistema para formar una imagen de un objeto; la diferencia entre ambos es que, la imagen formada por un telescopio lo origina un ocular ampliándola, mientras que la cámara fotográfica forma su imagen en el negativo a través de su objetivo.
El mejor método para tomar fotografías astronómicas es a través de un telescopio con la ayuda de la cámara fotográfica, el cuerpo de la cámara (normalmente una réflex), sin el objetivo, se coloca en lugar del ocular a través de un adaptador, disponible en el comercio.
Con todos los telescopios es posible el foco primario, aunque algunos son más satisfactorios que otros.
Si se coloca el cuerpo de la cámara en lugar del ocular y se enfoca la imagen en el negativo o en la película, se debe mover retrocediendo el tubo de enfoque del telescopio hacia atrás, más allá del plano de la imagen original, y no todos los telescopios darán el recorrido necesario. Con los refractores y con los Cassegrain no hay problema, y con los Schmidt-Cassegrain y Maksutov-Cassegrain el recorrido es bastante amplio, unos 40 cm. para el Celestron 8.
El problema se incrementa con el newtoniano, ya que sólo proporciona un centímetro o dos para recorrer hacia atrás, lo justo para ajustar las diferencias entre los oculares. Puede incrementarse el mismo moviendo el espejo principal de la montura unos 5 cm hacia adelante de su posición original en el tubo. Cuando eso se haya hecho, es necesario introducir un tubo más prolongado cuando se vaya a usar los oculares para obtener la nueva posición del plano de la imagen. Sin embargo, es mucho mejor no modificar el telescopio y usar otra de las configuraciones ópticas que no requieren el mencionado recorrido extrafocal como el afocal o la proyección positiva.
Modalidad de telescopio sin ocular y cámara sin objetivo o a "foco primario". |
El método afocal
El método fotográfico denominado foco primario tiene un gran inconveniente: requiere un notable recorrido extrafocal, más de lo que muchos telescopios pueden proporcionar. El método afocal carece de ese inconveniente y tiene como punto a su favor en el hecho de que la cámara y el telescopio pueden mantenerse con unos trípodes por separado, previniendo de cualquier vibración del obturador de la cámara al telescopio.
Si se dispone de una cámara fotográfica lo primero que se le ocurre al principiante es fotografiar tras el ocular situando el objetivo de la cámara en vez del ojo. Sin embargo, es muy difícil alinear la cámara fotográfica con un trípode justo en el eje del telescopio. El enfoque es impreciso y es imposible realizar una exposición de más de medio segundo debido al movimiento diurno. No se recomienda este procedimiento.
Proyección positiva
Los fabricantes de telescopios suministran un conjunto acoplador de cámara, mediante el cual se puede utilizar este sistema, dentro del acoplador se puede colocar una lente, en este caso un ocular para aumentar las imágenes. Es el sistema más empleado para efectuar tomas lunares y planetarias. Aquí conviene hacer uso de un disparador de cable.
Proyección negativa
Otra configuración común es colocar una lente negativa (cóncava) en la trayectoria de la luz que proviene del telescopio; su efecto es ampliar la longitud focal resultante, luego es un dispositivo inapreciable para la fotografía lunar y planetaria.
Hay dos tipos de lentes comúnmente utilizados en proyección negativa son: la lente Barlow, diseñada para uso visual con los telescopios, y el teleconvertidor (dobladores o triplicadores) destinado para ser usado con la cámara y su correspondiente objetivo. Una lente de Barlow es una lente divergente que se sitúa en el trayecto de los rayos luminosos poco antes del foco del telescopio. Las Barlow de buena calidad no están formadas de una sola lente, sino por dos acopladas, lo que permite atenuar la aberración cromática. El teleconvertidor da buenas imágenes con un amplio y plano campo, y a menudo cumple mejor con telescopios que con el teleobjetivo.
Reductor
El reductor es todo lo contrario a la proyección negativa: la lente insertada en el cono de luz convergente es una lente positiva (convergente) y sirve para hacer la imagen más pequeña en vez de ampliarla. Aquí lo racional es que reduce la relación focal y por tanto hay que reducir el tiempo de exposición necesario para los débiles objetos de cielo profundo). Se observa que F2 es positiva, pero S1 y M todavía son negativas. Se aplican las mismas fórmula que en una proyección negativa.
La lente reductora (también denominada telecompresor) generalmente es un acromático sencillo -con frecuencia se usan los objetivos de binoculares- montado con su parte más plana hacia el film. También son muy probables las aberraciones
Es una buena idea recordar que el tamaño de las imágenes reducidas pueden también obtenerse con el método afocal y con la proyección positiva.
Películas usadas en astrofotografía
Una película fotográfica es una superficie sensible a la luz. Está construida por un soporte sobre el que se ha aplicado una fina capa de una emulsión de cristales de plata en gelatina, dichos cristales se llaman fotosensibles, ya que la luz modifica su estructura interna.
Un tratamiento químico como el revelado hace posible distinguir los cristales que han recibido luz de aquellos que no han sido expuestos a ella: después del revelado, el cristal, constituido por bromuro, cloruro o yoduro de plata, se transforma, si ha sido iluminado, en plata metálica negra. En las zonas en que la película recibe mucha más luz, todos los cristales se habrán ennegrecido, en las zonas no iluminadas, sin embargo, pocos cristales están ennegrecidos.
La sensibilidad de la película es el concepto que permite conocer la iluminación que necesita. La escala que más se emplea para caracterizar la sensibilidad de las películas es la escala ASA : una película de 200 ASA es doblemente sensible que una película de 100 ASA. Se dice que las películas sensibles son "rápidas", ya que para un mismo objeto fotografiado, se precisa de tiempos de exposición más cortos; por el contrario, a las películas poco sensibles se les llama "lentas".
Las películas se clasifican en tres grandes grupos:
103a O: es una película ortocromática, situándose su máxima sensibilidad entre los 300 y 500 nm. Es adecuada para captar nebulosas de reflexión y para todos los objetos que emitan en la banda azul del espectro.
Fallo de Reciprocidad o efecto Schwarzchild
Imaginemos que la fotografía de un objeto exige un tiempo de exposición de 1/100 de segundo: la fotografía de un objeto 10 veces menos luminoso precisará un tiempo de exposición 10 veces más largo, es decir, 1/10 de segundo. Es lo que se llama la ley de reciprocidad: el producto h = E x t es constante.
Esta ley se verifica para los tiempos de exposición que sobrepasan a un segundo. Para la mayoría de las películas más usadas cuanto más largo sea el tiempo de exposición más se separará de la ley de reciprocidad.
Hay dos soluciones para luchar contra este inconveniente:
1) las películas corregidas contra el efecto Schwarzchild: son las películas Kodak que no se separan de la ley de reciprocidad para exposiciones inferiores a una hora; son las películas caracterizadas en los catálogos por la letra "a": IIa0, 103aF...las películas 103a tienen la misma sensibilidad que una película de 80 ASA, para tiempos de exposición cortos; pero decrece poco a pesar de las exposiciones largas; así una exposición de 7 minutos de una película 103a, tiene el mismo resultado que 20 minutos sobre un 400 ASA normal.
2) la hipersensibilización: consiste en someter una película no corregida inicialmente, antes de su exposición, a un tratamiento químico.
La forma más apropiada de calcular el efecto del fallo de reciprocidad por la clásica fórmula de Schwarzchild es :
Velocidad actual = velocidad valorada x t (p-1)
donde t es el tiempo de exposición en segundos y p, conocido como el exponente de Schwarszchild, es un número que varía con las películas, de 0.65 a 0.75 para las películas típicas 400 ISO, de 0.8 a 0.9 para las pelíulas como Technical Pan 2415 y la serie T-Max, y de 0.95 a 1.0 para las películas que muestran un pequeña desviación en el fallo de reciprocidad (tales como las películas hipersensibilizadas por forming gas).
Filtros de color
Existe una amplia gama de filtros, según el tipo de observación que se va a realizar. Se trata de filtros comúnmente usadas en fotografías, son filtros de cristal o gelatina coloreadas. Dependiendo de la marca se puede encontrar en una variedad de formas, dimensiones y respuestas espectrales. Es recomendable evitar las de gelatina ya que se erosionan fácilmente. Las casas más conocidas son Kodak y Shott.
Estos filtros se colocan entre el ocular y el ojo, o bien enroscados sobre el ocular en los Celestron.
Cada observador lunar o planetario debe disponer un juego de filtros ya que son imprescindibles para la visibilidad de ciertos detalles atmosféricos y superficiales de los planetas, así como la apreciación de sus matices.
La luz es el elemento fundamental de la fotografía y al estar compuesta por varios colores hace que la respuesta de una película sea diferente en función del tipo de longitud de onda que lo impresione. Hay que contar con unos filtros para seleccionar las distintas longitudes de onda y obtener la respuesta deseada.
Entre las características generales de un filtro cabe destacar: