El santo papa Anacleto fue natural de Atenas, hijo de
Antioco, y por su mucha santidad y letras fue puesto en la Silla del
Príncipe de los Apóstoles, por muerte de San Clemente, papa y mártir,
imperando Trajano. Este cruelísimo emperador, viendo crecer la religión
cristiana y disminuir el culto de sus falsos dioses, levantó la tercera
persecución contra la Iglesia, pensando que con tormentos podría
exterminarla; pero la semilla regada con la Sangre de los mártires
fructificaba más y más.
En virtud de esta persecución tan rigurosa, ordenó San Anacleto que al fin de la Misa comulgasen todos los que se hallaran presentes. Mandó también que a la consagración del obispo asistiesen otros tres obispos, y que los clérigos fuesen admitidos a las órdenes públicamente. Escribió algunas Epístolas, en que trata de la autoridad del Sumo Pontífice, afirmando que sólo Dios le puede juzgar. Finalmente, después de haber gobernado la Iglesia de Dios nueve años, tres meses y diez días, padeció martirio por la fe de nuestro Señor Jesucristo el día 18 de Julio año de la redención del mundo de 112.
Fdo. Cristobal Aguilar.