Como ya se ha señalado, el Opus Dei es una prelatura personal de la Iglesia Católica, formada por presbíteros,diáconos y laicos a cuyo frente se encuentra un Prelado.
Por último, la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz es una asociación
sacerdotal intrínsecamente unida a la prelatura a la que pueden
pertenecen los sacerdotes diocesanos. Cuando se dice que una persona pertenece al Opus Dei
se quiere decir que se encuentra en alguna de esas categorías: los
sacerdotes de la prelatura, los laicos que se dedican a sus obras
apostólicas y los sacerdotes diocesanos de la Sociedad Sacerdotal de la
Santa Cruz.
A su vez, dentro de cada grupo existen varios subtipos:
Por último, ambas instituciones (la prelatura y la Sociedad Sacerdotal) admiten Cooperadores (de cualquier tipo la primera, sólo sacerdotes diocesanos la segunda), que sin pertenecer a ellas les prestan ayuda de forma estable, con sus limosnas, sus oraciones o su trabajo.
SACERDOTES EN EL OPUS DEI
Representan menos del 2% del total de sus miembros, lo que da al Opus Dei una naturaleza fundamentalmente laical dentro de la Iglesia Católica. Proceden de los numerarios y agregados laicos del Opus Dei. Principalmente, atienden a los miembros laicos y trabajan en las labores apostólicas. Los principales cargos de gobierno en la prelatura (Prelado, Vicarios Regionales y Vicarios Delegados) suelen estar ocupados por miembros de esta categoría.
Los sacerdotes que forman el clero de la prelatura fueron llamados por el prelado a hacerse sacerdotes, y aceptaron esa llamada libremente. Realizan sus estudios sacerdotales en centros o en seminarios del Opus Dei (no en seminarios diocesanos), y el Opus Dei se responsabiliza de su sustento (alojamiento, ropa, etc.).
Los sacerdotes numerarios y agregados viven como los laicos numerarios y agregados, respectivamente: los sacerdotes numerarios en centros de la prelatura, y los sacerdotes agregados con su familia, en residencias, solos, etc. Varios sacerdotes numerarios han sido ordenados obispos por el Papa.
LAICOS EN EL OPUS DEI
Como ya se ha señalado suponen la inmensa mayoría de los miembros del Opus Dei (más del 98%). Existen varios tipos de miembros laicos en la Prelatura del Opus Dei: supernumerarios, numerarios, agregados y numerarias auxiliares. Las diferencias entre ellos consisten principalmente en si viven el celibato o no y si viven en centros de la prelatura o no. Una y otra cosa determinan la disponibilidad de los miembros para ayudar en las actividades apostólicas de la Prelatura.
Aunque a veces se hable en masculino, en todos los grupos (excepto en el de las numerarias auxiliares) hay varones y mujeres: numerarios y numerarias, etc. Ambas secciones (masculina y femenina) son completamente independientes (distintos centros y distintas labores apostólicas).
Son los más numerosos, representando actualmente cerca del 70 por ciento del total de miembros. Los supernumerarios no tienen compromiso de celibato (es decir, pueden casarse), viven y trabajan donde consideran oportuno, y buscan la santificación con su vida ordinaria, además de tener un plan de vida espiritual con diversos medios de formación y prácticas de piedad. Debido a su profesión y obligaciones familiares los supernumerarios no poseen tanta disponibilidad como los numerarios y agregados, pero suelen colaborar económicamente con el Opus Dei u ofrecer apoyo según las circunstancias se lo permitan. No ocupan cargos directivos.
Son miembros con comprosimo de celibato que -a diferencia de los numerarios- viven con sus familias, o donde les resulte más conveniente por razones profesionales. Son aproximadamente un 10% de los miembros del Opus Dei. No es obligatorio que tengan estudios superiores, y no ocupan cargos directivos en la Obra.
Comprenden aproximadamente al 20% de los miembros. Los numerarios y numerarias son miembros con compromiso de célibato que, generalmente, viven en un centro del Opus Dei. Deben tener estudios universitarios. Pueden, en principio, ejercer una profesión civil, pero han de estar dispuestos a renunciar a su ejercicio, si la Prelatura se lo solicita para ejercer otra función dentro de la organización.
Son los primeros responsables de la formación de los demás miembros del Opus Dei, y suelen desempeñar los cargos directivos. Numerarios y numerarias (no así las numerarias auxiliares) reciben una formación filosófica y teológica que, a lo largo de su vida, es comparable a la recibida por los sacerdotes en los seminarios.
Son numerarias que que se dedican en exclusiva al trabajo doméstico (limpieza, cocina, cuidado de la ropa, gestión, etc.) de los centros. Viven en centros del Opus Dei y habitualmente no ejercen una profesión externa. No suelen tener estudios superiores, y no desempeñan cargos directivos.
En los estatutos del Opus Dei se dice acerca de las numerarias auxiliares:
(...) además, en la sección de mujeres, las Numerarias auxiliares, con la misma disponibilidad que las demás Numerarias, dedican su vida principalmente a los trabajos manuales u oficios domésticos, que acogen voluntariamente como trabajo profesional propio, en las sedes de los centros de la Obra. (n. 9)..Los cooperadores del Opus Dei no son miembros de la prelatura, pero colaboran de distintas formas con ésta (oraciones, limosna, trabajo). Para ser Cooperador no es necesario ser cristiano sino, tan sólo, tener deseos de colaborar con las actividades y/o fines del Opus Dei.
Los cooperadores pueden participar de las actividades educativas y de formación del Opus Dei. Asimismo, comunidades religiosas pueden ser cooperadores de la Prelatura. Actualmente existen cientos de estas comunidades que cooperan mediante sus oraciones por el Opus Dei y sus apostolados.
Uno de los encargos que tiene la Sección femenina del Opus Dei es el de ocuparse de las labores domésticas en los Centros de la Prelatura, especialmente de los Centros de la Sección de varones.
Para casi todas las numerarias auxiliares y para algunas numerarias, las tareas de mantenimiento de los Centros constituye su trabajo profesional, en el que deben permanecer, y donde han de buscar su propia santificación.
Cuando se trata de un Centro de varones, la separación entre los varones y las mujeres es total. De ordinario debe haber doble puerta entre la casa de las auxilares y los residentes. No suele haber ningún tipo de relación entre las auxiliares y los residentes de los centros, hasta el punto de que no es inhabitual que no conozcan los nombres ni mantengan conversaciones. Las entradas de los numerarios y las auxiliares son siempre distintas, incluso se procura que estén en calles distintas, para que las personas que viven en una y otra casa no se vean al salir y entrar. Con todo ello se busca evitar cualquier fundamento a maledicencias sobre el grado de cumplimiento del compromiso de celibato por parte de los miembros.
INCORPORACIÓN Y SALIDA DE LA OBRA
Para pertenecer al Opus Dei se requiere solicitarlo libremente. La incorporación formal a la Prelatura se realiza mediante una convención bilateral que estipula los compromisos mutuamente asumidos por el interesado y por la propia Prelatura.
El vínculo de los fieles con la Prelatura se establece mediante una declaración de naturaleza moral entre la persona que desea pedir la admisión (previamente solicitada por carta al prelado) y un representante del prelado, ante un testigo. Entre la solicitud por carta de la admisión al prelado y la incorporación jurídica definitiva del aspirante median al menos seis años y medio, a lo largo de los cuales, el aspirante debe renovar su intención anualmente. En caso de no hacerlo, desaparecen las obligaciones mutuas, no devolviéndose en ningún caso las donaciones de bienes o dinero ni compensado por el trabajo realizado hasta ese momento.
El vínculo con la prelatura cesa al terminar el plazo de vigencia del contrato, o antes, si la Prelatura así lo considera o si el interesado lo desea, solicitando dispensa al Prelado. En caso de que no se solicitara dicha dispensa, se estaría ante, lo que el "Opus Dei" considera una "salida ilegítima" y por tanto el miembro que abandonase su vocación, sin haber obtenido la dispensa necesaria, pecaría mortalmente, según el Opus Dei.
Legalmente, por su propia voluntad y en cualquier momento, cualquiera puede abandonar el "Opus Dei" sin que exista obligación legal alguna de permanencia, pues el compromiso contractual es de índole únicamente moral. En ciertos casos, los bienes donados o testados podrían recuperarse.
La actividad personal del fundador también es criticada y, por ejemplo se señala que, en 1968 Josemaría Escrivá de Balaguer solicita al Gobierno franquista de España, ser nombrado Marqués de Peralta (título nobiliario que le correspondería por linaje familiar) lo que le fue concedido ese mismo año. Cuatro años más tarde, y sin haberlo utilizado, cedería este título a su hermano. Un estudio del historiador Ricardo de la Cierva postuló mediante documentos de su investigación, que la concesión de este nombramiento habría sido irregular. La solicitud -según reconoce el propio de la Cierva- habría estado motivada por el deseo del Fundador de hacer algo por su familia, que tanto había sufrido y sinceramente convencido de que le amparaba el derecho a esa reivindicación.
El apoyo prácticamente unánime de la Iglesia al mensaje central de Josemaría Escrivá contrasta con el silencio frente a las novedades que el Opus Dei y su Fundador introducen en lo referente a la vida espiritual: no existe ninguna intervención de dignatarios eclesiásticos en favor de los novedosos modos ascéticos introducidos por el Opus Dei. Ni el hecho de que la dirección espiritual sea llevada principalmente por laicos, ni su dependencia de la estructura de gobierno de la Prelatura, ni la obligación de los miembros de permitir que sus superiores conozcan su intimidad, ni que en la corrección fraterna vaya incluido el deber de informar al superior de los defectos del hermano, han recibido nunca la aprobación ni el rechazo por parte de la autoridades católicas. Sin embargo algunos responsables católicos han reaccionado con preocupación frente a las denuncias recibidas contra supuestos abusos cometidos por el Opus Dei.
POSTURAS FAVORABLES
El núcleo del mensaje que transmite el Opus Dei ha sido alabado por multitud de personalidades eclesiásticas. Tanto la llamada universal a la santidad y al apostolado como la importancia santificadora del trabajo profesional aparecen en discursos e intervenciones de Obispos, Cardenales y teólogos, incluso en varios documentos de la Iglesia relacionados con el Opus Dei, señalando la novedad de su mensaje.
Juan Pablo II dijo que "el Opus Dei anticipó la teología del estado laical que es una nota característica de la Iglesia del Concilio y después del Concilio" y describió su fin como "un gran ideal". Benedicto XVI, tres años antes de ser Papa, cuando dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe dijo que la vida y mensaje de Escrivá son "un mensaje de grandísima importancia... que lleva a superar la gran tentación de nuestro tiempo —la ficción de que después del 'Big Bang' Dios se retiró de la historia".
A través de la enseñanza del valor santificador del trabajo, la gente ordinaria ya tiene una "genuina espiritualidad laical" para hacerse santos. Según el Cardenal José Saraiva Martins, la "gran originalidad" del mensaje del Opus Dei está en proclamar sistemáticamente que :
Abundando en el tema, la "novedad absoluta" del Opus Dei, según el Cardenal Franz König, estriba en su enseñanza acerca de la necesidad de que el mundo profesional y el mundo de relación con Dios "de hecho tienen que caminar juntos". En este "materialismo cristiano", como lo llama Escrivá, los cristianos que viven una vida integral de oración y mortificación están llamados a "amar apasionadamente el mundo" y "liberar la creación del desorden".
A este respecto, es ilustrativa la actuación del Cardenal Basil Hume, Arzobispo de Westminster, ya que, en 1998, en una misa de agradecimiento por el 70 aniversario de la fundación del Opus Dei, expresaba:
El mismo Cardenal, también solicitó al Opus Dei, respetase la libertad de los miembros en lo referente a la dirección espiritual.
EL actual Papa Benedicto XVI, antes de ocupar dicho cargo, expresó del pensamiento de Escrivá, "un Cristo en que el poder y majestad de Dios se hace presentes a través de cosas humanas, sencillas y ordinarias". Esperando como un Padre Misericordioso en el Sacramento de Reconciliación y realmente presente en el pan eucarístico, Cristo se hace "totalmente disponible" para alimentar al cristiano para que llegue a ser "una sola cosa con él". Con el regalo de esta "divinización" en la gracia, "un nuevo principio de energía," y con el apoyo de "la familia de Cristo," la Iglesia, y un director espiritual bueno, la difícil tarea de ser santo, "es también fácil," dice Escrivá. Y agrega: "Está a nuestra alcance".
La santidad se rehuye, según Ratzinger (2002), porque hay "un concepto equivocado de la santidad…que estaría reservada para algunos 'grandes'... que son muy diferentes a nosotros, normales pecadores. Pero es una concepción errónea que ha sido corregida precisamente por Josemaría Escrivá". El santo tiene virtud heroica porque “ha estado disponible para dejar que Dios actuara. Ser santo no es otra cosa que hablar con Dios como un amigo habla con el amigo, el Único que puede hacer realmente que este mundo sea bueno y feliz.”
Según John Allen, periodista católico y vaticanólogo de la CNN, estas acusaciones son mitos que no tienen que ver con la realidad del Opus Dei.
Fdo. Cristobal Aguilar.